Morihei Ueshiba, fundador del Aikido Morihei significa: Abundante Paz |
Introducción
A continuación exponemos una posible relación entre una milenaria arte marcial (Aikido) y una milenaria filosofía de vida (Mindfulness). Si bien, el Mindfulness aquí en occidente fue recientemente creado con el fin de utilizarse directamente en el ámbito de la medicina alopática (hace 40 años aproximadamente), sus bases y conocimientos sobre la mente, son milenarios y su origen se remonta a los principios del Budismo mismo. Aquí, en esta entrega sólo relacionamos 3 variables posibles, a saber: La comunicación, las herramientas del Aikido y la práctica de Mindfulness. Se divide la entrega en dos partes, dado que las mismas serán utilizadas en los encuentros personalizados de entrenamiento en Mindfulness para la vida cotidiana. Esta semana y la próxima trabajaremos la ya mencionada convergencia de saberes.
A continuación exponemos una posible relación entre una milenaria arte marcial (Aikido) y una milenaria filosofía de vida (Mindfulness). Si bien, el Mindfulness aquí en occidente fue recientemente creado con el fin de utilizarse directamente en el ámbito de la medicina alopática (hace 40 años aproximadamente), sus bases y conocimientos sobre la mente, son milenarios y su origen se remonta a los principios del Budismo mismo. Aquí, en esta entrega sólo relacionamos 3 variables posibles, a saber: La comunicación, las herramientas del Aikido y la práctica de Mindfulness. Se divide la entrega en dos partes, dado que las mismas serán utilizadas en los encuentros personalizados de entrenamiento en Mindfulness para la vida cotidiana. Esta semana y la próxima trabajaremos la ya mencionada convergencia de saberes.
Desarrollo
Los programas de
reducción basados en Mindfulness (MBSR) recurren a ejercicios de
conciencia adaptados desde distintas tradiciones de sabiduría. En
éste caso, y en cuanto a comunicación refiere, Mindfulness toma
prestado ejercicios de consciencia del aikido. Un arte marcial
japonés creado por Morihei Ueshiba. El aikido, que también se
conoce como el arte de la resolución de conflictos, se basa en la
valentía, la sabiduría, el amor y la conexión. En MBSR, se enseña
un aspecto del aikido que sirve para romper reacciones habituales a
interacciones amenazadoras, emocionales o estresantes y fundirse, en
su lugar, con la energía del otro para reducir el conflicto, sin
dañarse uno mismo ni a los demás.
Nuestra
dureza se pone más claramente de relieve en las relaciones más
próximas. Con demasiada frecuencia, las personas descargan su
agresividad en los más próximos hasta que, un buen día, la persona
en cuestión se harta de los ataques y dice: “¡Ya no lo soporto
más! ¡Me voy!”.
Son muchas, independientemente de que se trate
de la relación con una pareja, con un familiar, con un amigo, con
nuestro jefe o con un extraño, las oportunidades que tenemos de
estar en el lado receptivo de la comunicación, lo que resulta dañino
y difícil de aceptar. Es muy sencillo, si operamos con el piloto
automático, caer en una reacción de lucha, escape o parálisis. Y
si ese ciclo no se rompe, los pensamientos, emociones y sensaciones
se suceden unos a otros hasta que acabamos convirtiéndonos en una
víctima, o mostrándonos incluso abiertamente confrontativos y
agresivos, lo que acaba cerrando la puerta a la comprensión y la
reconciliación.
Ignorar o evitar el ataque es una estrategia
pasiva que si bien puede proporcionar un alivio provisional,
probablemente intensifique tanto la frustración del atacante que no
tarde en volver a lanzarnos un zapato.
Responder de un modo
pasivo-agresivo es una forma de interacción habitualmente muy
confusa que no hace sino intensificar el conflicto. También es
importante señalar que someternos a un ataque verbal y permitir que
los demás sigan su camino sin salir en nuestra propia defensa es una
forma de pasividad que acaba convirtiéndonos en víctimas y que, con
el paso del tiempo, nos hace sentir como un felpudo y nos lleva a
perder el respeto por nosotros mismos. Es bueno defendernos, porque
eso nos proporciona una sensación de respeto por nosotros mismos.
Además, y aunque no sea de un modo que aliente la sintonía y la
compresión, también nos conecta con el otro.
Hay, en el caso
del aikido, un movimiento físico concreto llamado “entrar y
fundirnos” que nos permite responder a un ataque con un hábil
desvío que no le daña a usted ni al atacante. Este movimiento
empieza a neutralizando la acción agresiva y sigue luego
transformándola. Se trata de un enfoque que constituye, en el
ámbito de la comunicación, una alternativa a la evitación, la
conducta pasivo-agresivo, la conducta de la víctima y la respuesta
meramente agresiva. Entrar y fundirse en la comunicación es una
forma más hábil de interactuar que conduce a la sintonía y la
conexión. Y, aunque se asemeja a la asertividad, va más allá de
ella, por cuanto establece una relación armónica.
Herramientas
del Aikido aplicables en Mindfulness
- Alinearse
- Coincidir
- Re-orientar
- Resolver
Para leer la segunda parte del informe, haga click en el siguiente enlace:
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