viernes, 30 de marzo de 2012

Mindfulness e inmunidad

Asimetría Cerebral: Una introducción necesaria

A continuación, luego de esta introducción necesaria, compartiremos un texto  del Dr. Vicente Simón.
Primero explicaremos someramente, que es la asimetría cerebral y cuál es su relación con Mindfulness. Posteriormente, dispondrá del texto del Dr. Simón, para disfrutar atentamente.


La asimetría cerebral se podría definir como la existencia de una diferencia anatómica, funcional o bioquímica entre ambos hemisferios cerebrales.

Más que estático se trata de un concepto dinámico en el que diversos factores endógenos y ambientales actúan como moduladores.
Además, el desarrollo y el envejecimiento modifican la asimetría cerebral y algunas alteraciones neuropsiquiátricas como, por ejemplo, la esquizofrenia, la depresión, el autismo infantil o la enfermedad de Alzheimer se caracterizan en parte por un desequilibrio en determinadas asimetrías cerebrales.

Sin embargo, no está claro si estos cambios son causa o consecuencia de tales alteraciones.

La activación cerebral asimétrica que produce Mindfulness, consiste en una activación mayor (en corteza prefrontal) del lado izquierdo, en detrimento del hemisferio derecho. Esto, en otras palabras se equipara a un aumento de las áreas cerebrales que se encargar de integrar y generar estados de ánimo positivos; mientras que a su vez, al disminuir la activación -prefrontal- del lado derecho, disminuye las reacciones y estados de ánimo negativos.
En resumen, el lado derecho activa las emociones positivas, y el lado izquierdo las negativas. Mindfulness, hace que aumente la activación derecha y disminuya la izquierda, al no estar activadas en forma simétrica ambos hemisferios cerebrales, se dice "Asimetría cerebral".

Ante cualquier duda puede escribir a mindfulnesspilar@gmail.com y le ayudaremos a comprender más éste fenómeno, sin compromiso.

Fuente: Davidson, 2003
Actividad corteza prefrontal izquierda

En el siguiente gráfico, publicado por Richard Davidson en el año 2003, se puede apreciar la activación cerebral asimétrica, que veremos mencionar por Vicente Simón.

Las barras más claras, señalan la activación cerebral de las personas meditadoras. Mediante el gráfico podemos apreciar que los meditadores activan más un hemisferio cerebral que otro. De ahí, podría llegar a desprenderse, una posible explicación a porque los meditadores expertos suelen tener reportes altos en emociones positivas y un sentido del humor sanamente desarrollado.




                                       Mindfulness e Inmunidad


RV 144 luchando contra HIV
 La relación que acabamos de describir entre mindfulness y la asimetría cerebral anterior nos sirve de puente para abordar otra posible área de influencia de la práctica de la meditación: los mecanismos inmunitarios.

En 1991, Kang y cols. se preguntaron si existiría alguna relación entre el perfil de asimetría prefrontal y los parámetros inmunitarios. Estudiaron un grupo de 20 mujeres sanas que mostraban diferencias extremas en la asimetría cortical prefrontal.



En dichas mujeres midieron diversos parámetros inmunitarios para ver si alguno de ellos correlacionaba con el tipo de asimetría cerebral.

Los indicadores inmunitarios estudiados fueron varios, pero el hallazgo más significativo del estudio de Kang y cols. fue que las mujeres que poseían una activación frontal derecha más extrema tenían niveles más bajos de actividad de las células NK (células asesinas naturales). Recordemos que la asimetría cerebral desviada hacia la derecha indica una mayor predisposición a los estados de ánimo depresivo y una mayor vulnerabilidad al afecto negativo. Por tanto, esta correlación entre asimetría y actividad de las células asesinas nos revela una relación entre un determinado patrón de actividad cerebral y una respuesta inmunitaria concreta. Los otros parámetros inmunitarios estudiados no fueron significativamente diferentes entre ambos grupos de mujeres, salvo que las mujeres con más actividad cerebral derecha tenían niveles mayores de gammaglobulina M.


respuesta inmunológica: conjunto de órganos,
tejidos y células que  tienen como función
biológica el reconocer elementos
extraños o ajenos dando una respuesta .
Unos años más tarde, en 1999, se volvió a acometer el estudio del tema, esta
vez estudiando no sólo las diferencias en el estado basal, sino también la respuesta de los sujetos a dos tipos de situaciones estresantes. Una, de carácter natural, la proximidad de los exámenes finales y otra, de naturaleza experimental, la visión de películas que provocaban emociones positivas o negativas. En este estudio, de Davidson y cols. (1999), se confirmó que los sujetos con mayor activación del lado derecho mostraban niveles inferiores de función basal de las células asesinas y, además, que durante el periodo de exámenes finales mostraban una disminución de la respuesta de estas células asesinas. Por el contrario, los sujetos con mayor actividad cerebral del lado izquierdo, mostraban un aumento mayor en la función de las células asesinas.


Aunque todavía desconocemos el mecanismo que asocia la asimetría cerebral con el comportamiento de las células asesinas, la relación existe y constituye una prueba más de la existencia de mecanismos psiconeuroinmunitarios.
Si recordamos que, en el apartado dedicado a la asimetría cerebral, hemos
descrito que la práctica de mindfulness era capaz de provocar una lateralización a la izquierda en la activación cerebral, es lógico preguntarnos ahora si esta práctica también puede afectar al sistema inmunitario. Esto es lo que hicieron Richard Davidson y colaboradores en el trabajo ya comentado anteriormente (Davidson y cols. 2003).

Además de registrárseles la actividad electroencefalográfica, como
antes hemos visto, todos los sujetos del estudio (meditadores y no meditadores)
recibieron una vacuna antigripal. Entre la 4a y la 8a semana tras la administración de esta vacuna, se midieron los niveles plasmáticos de anticuerpos de los sujetos y se encontró que, aunque todos ellos experimentaron incrementos en dichos niveles, los sujetos pertenecientes al grupo de los meditadores tuvieron incrementos significativamente mayores que los sujetos del grupo control.

Meditar es bueno para la salud
La meditación potenciaba por tanto la producción de anticuerpos. Resulta, además, muy interesante que los meditadores que habían experimentado un mayor desplazamiento hacia la izquierda en su actividad eléctrica cerebral (entre las dos primeras mediciones consecutivas), eran también aquellos cuyos niveles de anticuerpos aumentaban más en respuesta a la vacuna.

Es decir, que la magnitud del incremento de la lateralidad izquierda predecía la magnitud del aumento de anticuerpos, subrayando así la relación entre ambas variables.

Es interesante señalar que uno de los mecanismos por los que el estrés ejerce
sus efectos negativos para la salud, es a través del aumento del cortisol y de su
consiguientes efectos inmunosupresores. Es posible que parte de los efectos
beneficiosos de mindfulness sobre la inmunidad se deban a la atenuación de la
secreción de cortisol en respuesta al estrés (Michaels, 1979). Sin embargo, en el estudio de Kang y cols. (1991), por ejemplo, los niveles de cortisol no diferían en ambos grupos de sujetos, por lo que las diferencias en la actividad de las células asesinas no podía atribuirse a una modificación en los niveles de esta hormona.

No cambies la salud por la riqueza,
ni la libertad por el poder.
Benjamin Franklin
Otros mecanismos, todavía no identificados, tuvieron que desempeñar un papel en la producción de los resultados.

Estos hallazgos no representan más que un comienzo en el estudio de una relación que puede resultar extraordinariamente fructífera: la posibilidad de influir en el sistema inmunitario a través de la meditación.

Dada la trascendencia de los mecanismos inmunitarios en el mantenimiento de la salud y el elevado número de patologías en las que existen alteraciones inmunitarias, es obvio que la posibilidad de influir sobre la inmunidad de manera positiva puede abrir nuevas vías en la terapia de estos procesos. Piénsese, a modo de ejemplo, en las enfermedades auto-inmunes, en todo tipo de infecciones y en los procesos tumorales, entre otras patologías especialmente relacionadas con la inmunidad.

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